REFERENCIAS

AULARIO III_ ALICANTE_ GARCÍA SOLERA

Los proyectos desarrollados para el puerto y la universidad de Alicante exploran las posibilidades de un espacio intermedio. Buscan la disolución de los límites entre espacio interior-exterior y el esponjamiento de ese margen de transición. Se pretende romper la tensión entre ambas situaciones estableciendo una continuidad natural que la arquitectura acote sin imponer límites. Esta situación, en la que el dentro-fuera adquiere difícil definición, permite a ambas construcciones participar de ese ánimo de complicidad que hace al usuario protagonista de la arquitectura.
Esta indagación, que busca que las construcciones establezcan una agradable conversación con el entorno plasmada en una permeabilidad mutua, da como resultado soluciones diferentes.

El Aulario genera en su interior-exterior una gran zona verde en la que establecerse, con la que mezclarse, para superar las dificultades de un solar marginal. Allí las transparencias, reflejos, luces y sombras, llenos y vacíos, incorporan un sentido del tiempo al espacio definido.

En el puerto en cambio, la edificación ancla su estructura a tierra para lanzarla luego, acompañando a nuestra mirada, hacia el panorama del mar. Su dentro-fuera trasciende el ámbito de lo edificado para incorporarse al rico juego de posibilidades que la ciudad genera en su intenso diálogo con el mar.

La premura de tiempo para la concepción y ejecución del Aulario hizo de su diseño una respuesta inmediata en la que los sistemas y materiales planteados permitan una convivencia mutua independiente sin complicados compromisos de encuentro físico entre ellos. En el puerto sin embargo, la disponibilidad de tiempo para pensar y construir permitió indagar acerca de la riqueza de la construcción en seco, tan querida por la tradición de la arquitectura naval, y todas sus posibilidades de exactitud, de ajuste, de precisión.

Al final ambas construcciones se hermanan en su ansia de claridad, de búsqueda de transparencia, de fusión con el medio y complicidad con el usuario. En querer quedar allí, desaparecido ya el autor, para la utilización y el disfrute, para la apropiación de quien al fin las habite. Ambas, en su actitud de estar sin imponerse, proponen, acompañan y sugieren desde su presencia constante pero silenciosa.